jueves, 28 de enero de 2010

Yo no soy tu colega.

No me gusta nadita que la gente que no me conoce se tome demasiadas confianzas conmigo.
Y eso también incluye a quienes presentan informativos en televisión.


Sigo sin entender muy bien por qué alguien tuvo la feliz idea de hacernos creer que esa gentuza forma parte de nuestra familia más cercana.
Y lo digo porque estoy harto de ese falso colegueo que se gastan, esos chascarrillos sin gracia, esa actitud de buenrollismo y, por encima de todo lo demás, ese laissez-faire pasado de revoluciones con el que nos están llamando imbéciles de una forma tan educada que hasta parece que da gustirrinín.

¿No hay noticias? ¡No pasa nada! Seamos simpáticos durante media hora y tiremos de vídeos del youtube, de anécdotas de Carla Bruni o Barack Obama (lo reconozco, los detesto) y del bendito cadáver de Michael (cuyo hedor, por cierto, ya se instaló en mi nariz por una larga temporada).

Detesto a los comentaristas deportivos y su masculina chulería al estilo "decidle-a-la-becaria-que-nos-traiga-una-birra-mientras-comentamos-las-noticias". Patearía al hombre del tiempo y su falta de sensibilidad (porque lo que le falla no es el sentido del humor, sino la poca conciencia que tiene de los derechos humanos).

A ti, imbécil. No quiero que seas simpátic@. No necesito que me caigas bien. Sólo quiero que me informes. Y manteniendo las distancias, si no te importa.

viernes, 8 de enero de 2010

Mi espiral de autodestrucción.

Cada cierto tiempo me gusta hacer un repaso de todas las experiencias vitales que merecen ser archivadas en mi memoria. Y de todas aquellas otras experiencias que aún no he vivido pero que me gustaría conocer antes de morir.
Y es curioso descubrir que mi naturaleza es autodestructiva. O masoquista si suena mejor.
Me doy cuenta de que hay chococientas experiencias desagradables que aún no he vivido. Y en el fondo tengo ganas de saber lo que son, por esto de saborear lo intensa que es la vida y esas cosas...
Sé lo que es estar enamorado de alguien.
Lo que es que sea algo correspondido.
Lo que es no estarlo y sentirte culpable.
Pero aún no sé lo que es no estarlo y no sentirte mal.
O lo que es estarlo de la persona que no debes.
Y en el fondo quiero saber lo que se siente, por mucho mal que pueda hacer.
Me gusta sentir la parte más visceral de una emoción negativa: las náuseas, el mareo, el temblor de piernas y brazos, la taquicardia, la falta de aliento... Un ataque de ansiedad puede ser una experiencia interesante.
Es una buena oportunidad para enriquecer mi vida (a mi manera, por supuesto).