lunes, 23 de agosto de 2010

Mamá, quiero ser lisiado.

Hace unos años, un hombre llamado David Openshaw consiguió convencer a un grupo de cirujanos para que le amputaran las dos piernas, alegando que deseaba prescindir de ellas al ser una parte de su cuerpo que había odiado desde pequeño. El señor Openshaw, por cierto, es padre de dos hijos (lo digo porque en todas las fuentes lo mencionan como un dato relevante).

De entre todos los de su naturaleza, éste probablemente sea el caso mediático más sonado, pero no el único: en el mundo existen miles de personas que, al igual que David, quieren amputarse alguna de sus extremidades al percibirlas como "sobrantes". Es lo que muchos psiquiatras llaman desorden de identidad de la integridad corporal. El nombre fue acuñado por un tal Dr. First (lo juro), el cual también llegó a comparar la viabilidad de la amputación voluntaria con la de las operaciones de cambio de sexo.

A ella nadie se lo echó en cara.


Así de primeras diría que nadie en su sano juicio haría algo así, pero después de pensarlo un rato tampoco me parece tan terrible: la realidad es que para ellos tener piernas o brazos implica un gran sufrimiento. No estamos hablando de un capricho por que sí, sino de una alteración neurológica (aquí lo de aceptarse a uno mismo no tiene cabida). Estas personas viven arrastrando un trozo de carne que les produce malestar y sólo se sienten tranquilos cuando logran amputarse la extremidad en cuestión (lo que le pasa a muchos transexuales, por cierto).


¿Y qué pasa si lo hacen? ¿Le hacen daño a alguien? ¿Por qué imponerles un pensamiento que no es suyo ni lo será jamás? De hecho, los que han llegado a operarse no sólo han superado los objetivos de la rehabilitación física, sino que también han dicho sentirse encantados con su nuevo cuerpo y sus prótesis. La verdad, lo que haga el señor Openshaw (o quien sea) con su body me parece fetén. Mientras lo pague con sus dineros y luego no venga llorando o reclamando indemnizaciones...

2 comentarios:

  1. Por suerte (...me cuesta mucho imaginarme lo contrario) aún tengo muchas ganas de correr por el campo.
    Eso si, ¡allá cada uno con sus partes!

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  2. uff la verdad es que es un tema complicado, pero bueno cada uno voluntariamente puede hacer lo que desee con su cuerpo.
    muak
    jose
    elgatoconestilo.blogspot.com

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