jueves, 19 de mayo de 2011

El cementerio de las promesas incumplidas.

Dentro de exactamente un mes se casa uno de mis antiguos compañeros de la facultad, acontecimiento que espero con una ilusión típicamente adolescente (ya me arrepentiré de estas palabras cuando vea mis ahorros desapareciendo a la velocidad del rayo). El caso es que aún tengo que comprarme un traje para la ocasión, cosa que debería haber hecho eones atrás: hace tiempo me prometí a mí mismo que con el primer sueldo que ganase, me compraría un traje hecho a medida. De eso hace casi dos años y nanai del paraguay.


Pero es que soy un saco de despropósitos, lo admito. Tengo una habilidad sobrehumana para procrastinar (le cogí cariño a esta palabra) y crear objetivos más rápido de lo que los puedo o quiero cumplir. Ni siquiera la lista de tareas pendientes que tengo colgada en el corcho de mi habitación (en la que se incluyen, entre otras cosas, dejar de fumar, dejar de morderme las uñas, leerme todos los libros que tengo atrasados o ponerme a dieta) sirve para despertar mi fuerza de voluntad.

Y mira que no habré tenido oportunidades para cambiar un poco el rumbo de mi vida. Como todos los mortales de a pie, tengo la manía de intentar autoconvencerme de que empiezo "el próximo lunes", o "el 1 de enero". Incluso las excusas más potentes, al estilo "quiero que mi ex vea lo bien que me he puesto desde que no estoy con él" o "ahora que el mozo este me está galaneando tengo que quedar perfecto", suelen rondar por mi cabeza. Pero la pereza me puede, chico. Qué quieres que le haga.

A este paso, o alguien me espabila a base de collejas, o me veo sin pasar la ITV. Menos mal que aún me quedan tres años de margen antes de cumplir la treintena, que imagino será el punto de no retorno.

2 comentarios:

  1. Lo de la treintena ha dolido... yo ya me acerco je, je. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Y seguiremos siendo iguales y creeyendo que el 1 de enero de 2050 será el día del principio del cambio y cuando nos queramos dar cuenta, nuestros nietos serán los que nos cambien los hábitos jejeje. Cuánta razón, Eido!

    Un abrazo y felicidades a los novios!!

    Manu UC.

    ResponderEliminar