lunes, 20 de junio de 2011

O te mueves o caducas.

Este fin de semana he vivido mi primera "boda de amigo", una experiencia clave para la salud mental y hepática de cualquier ser humano. El balance general ha sido muy positivo: me he reencontrado con compañeros de la facultad, hemos recordado algunos episodios, nos hemos puesto al día, me lo he pasado teta y me he emocionado tanto como cuando casi matan al Doctor Carter en Urgencias. Ha habido tiempo hasta para vivir alguna que otra escena con banda sonora original incluida, de esas que quedarán siempre grabadas en formato digital o analógico (en el fondo del cerebro, para los que no usamos tecnología).

No viviré tranquilo hasta que alguien me invite a una boda rusa.

El caso es que nunca creí en el matrimonio como símbolo del amor eterno. De hecho, ya me cuesta creer en el amor eterno a secas, y eso que soy muy romántico cuando quiero. Lo curioso es que no son pocas las personas que conozco que han decidido unirse (religiosa o laicamente) para siempre y lo consiguen. Y sin embargo, para mí es difícil entender, por ejemplo, cómo mis padres pueden llevar tanto tiempo juntos sin morir en el intento. Supongo que es una de esas cosas que sólo las comprendes cuando las vives en tus propias carnes.

Hay gente que ha nacido para casarse. Y también hay quien ha nacido para emparejarse sin muchas expectativas, o quien sólo quiere convertir su vida en un álbum de recuerdos sexuales sin mayor compromiso. Ninguna opción es mejor que otra, todo depende del lugar, el momento y la persona. Reconocer cuál de esas opciones es la que te corresponde y llevar una vida consecuente con tus principios es uno de los mayores gestos de madurez personal, aunque también es una tarea jodida y es fácil equivocarse de bando. Pero si hay algo más difícil todavía es aceptar los caminos que toman los demás. No seré tan hipócrita como para presumir de buenrollismo tolerante, cuando en realidad soy el último en decidirme y el primero en juzgar. Y esa es precisamente mi mayor y más obvia inmadurez.
 

2 comentarios:

  1. Me mola mucho jaja, me alegro de que te lo pasaras teta como dices, y aunque yo nunca veo series de hospitales, tuvo que ser muy fuerte la muerte de Carter xD

    Yo ahora en julio tengo el primer bautizo de amigos, ya te contaré, porque casarse, no se han casado... ¡Cómo somos los jóvenes de hoy en día! :P

    Un abrazo enorme!!

    Manu UC.

    ResponderEliminar
  2. Pues donde esté una buena boda, que se quite lo demás, qué quieres que te diga :P Mis afanes de modernidad se diluyen ante la visión de una buna pamela, un "follow the leader" en condiciones, un señor padrino con puro... lo cañí vende, y punto.

    ResponderEliminar